miércoles, 10 de noviembre de 2010

Independencia

Cuando era una adolescente rebelde con causa, soñaba con crecer rápido. La mayor parte del día, que transcurría en un colegio de monjas, me entretenía imaginando mi vida adulta, tratando que mis pensamientos no sean interrumpidos por mi asimétrica profesora de geografía. Vivía calculando cuantos años, meses, semanas y días faltaban para ser mayor de edad. El plan: cumplir 18 años, mudarme a un departamento y ser poseedora de un Mustang 68’ rojo.
Llegado el momento, como era de suponer,  no tenía ningún departamento. Con las justas tenía una bicicleta roja que mi abuela le había comprado a un choro fumón, quien le hizo una apetecible oferta de último minuto. La verdad, es que recibí la adultez sintiéndome muy cómoda de vivir en casa de mis padres,  tener empleada y todo gratis. Cuando me preguntaban a que me dedicaba, yo respondía: estudio, y con eso me sobra y basta. Señores, era una conchuda profesional.
Sin embargo, la independencia llegó a mi vida tarde o temprano,  tal vez sin querer queriendo. El hecho es que mi adorada esposa y yo decidimos buscar nuestro primer “nidito de amor”, que frase más huachafa. Contrario a mis sueños adolescentes, buscar un departamento bueno, bonito y barato no era tarea fácil. Todos los domingos comprábamos nuestro Comercio y nada. Unos eran muy caros, otros eran muy chicos…hasta que un día vimos un cartel que decía SE ALQUILA DPTO. Nos entrevistamos con el dueño, un viejo carcamán con guayabera y nos dio el precio, fuera de nuestro presupuesto, pero pagable. Así se nos abrió la puerta de nuestro nuevo hogar, lleno de cables pelados de luz colgando, manchas de humedad, posters de calatas, guarida de arañas tejedoras y cucarachas de desagüe que nos dieron la bienvenida masivamente. Miramos el lugar con optimismo, y recordé a mi comadre aconsejándome que con refacciones todo se arregla.  Nuestros familiares tuvieron distintas reacciones: mi madre lloró por la partida de su bebé y mi hermana lloró junto a ella, pues no asumía el hecho que su hermana menor se mudara a un sitio tan feo. Por otro lado, mi madrina le puso ánimo a la situación,  mi tía hizo un ritual de buenas vibras y mi primo fashionista insistía en convertir el patio en un área Lounge.
Honestamente, el lugar era horrible. Pero con muchos “arreglos”, pinturas colorinches y generosas donaciones, quedó acogedor. Las inquilinas rastreras (cucarachas y arañas), nos dieron el adiós en una ceremonia emotiva y por fin nos quedamos solas, mi adorada esposa y yo. La vida adulta no era tan divertida como siempre soñé, había mucho que limpiar y muchas cuentas por pagar. Para hacer más interesante nuestras vidas, la naturaleza nos bamboleó con un terremoto, el cual jodió nuestro remodelado departamento, dejando un huequito en el techo que permitía pasar un coqueto rayito de sol. Que roche.
La vida es testigo que en dicho departamento se dieron los momentos más  difíciles de nuestra relación, la crisis de los siete años, no lo sé. También es verdad que vivimos lindas cosas allí: reuniones hasta el amanecer con amigos, momentos de relajo total y lo más importante allí fue concebida -por decirlo de una manera- nuestra hija.
Gracias a Dios, ahora vivimos  las tres en un mejor lugar, lleno de amor, lleno de todo.
Los dejo, voy a colgar  este post.

   


12 comentarios:

  1. chola, este me a echo reir, cuando leo , voy recordando todas las cosas que pasaron , como siempre esta lindo . vaqui

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  2. También recuerdo que una de las paredes estaba con marcas de fuego, pues se habia quemado un cable... jajajaja el viejo era igual a Montgomery Burns. Pasamos buenos momentos ahí, pero nuestra casa es mejor, aquí la chinita puede correr y jugar.
    Te amo!

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  3. El dia q llegue a su casa queria morirme. creo q tuve q salir, tomar aire y regresar. pero la dejaron lindaaa! los dicroicos, el color, la cocina, todo era lindo! ahi hicimos dos ah nooo tres videos! LO MAXIMO! bien hermana.

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  4. Comadre, ese dpto luego de las refacciones apropiadas les quedó muy top! Siempre recordaremos nuestros primeros "huequecillos de libertad" con mucho cariño. Buen relato!!!!!!!

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  5. Chola, me has hecho reir en gran parte... pero es una linda verdad la de vivir soñando desde que somos pequeños, con el tema de salir del cole para entrar a la universidad, con cumplir 18 años y sobre todo con independizarte... y bueno, tambien ser exito antes de los 30, no? jejeje... felizmente todavia me quedan unos 5 meses mas para encontrar el exito :) I´m the Walrus!

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  6. También pasé unas tardes muy acogedoras y muuuuuy alimenticias.......las quiero un mucho

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  7. Rechola!
    lindo este blog... me hiciste acordar cuando mi esposo y yo empezamos a vivir juntos y no teníamos casi nada... cama, refri y cocina... comíamos en el piso en una caja grande... teníamos la lap top en la planchadora de ropa jajaja... por suerte, mi suegra nos regaló una mesita con banquitos :D

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  8. Rochu!!! me has hecho reir jajajaja cuando me mude con Dani y su papa fue toda una odisea jajaja...con las justas una cocinita 2 hornillas, y no refri!! todos los dias iba al mercado que quedaba como a 5 cuadras a comprar pa la comida!! ....te felicitooo...y te sigo siempree

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  9. Rochita,en verdad me encanto,me acorde cuando fui casi dueña de su departamento junto a mi familia cuando fuimos a Lima y tambien recorde que fueron las primeras visitas que recibí en mi departamento en Iquique,llegaron juntitas y nos comimos un riiiiicooo pollo jajajajaa,tambien habían inquilinas cucarachas...Las quiero muchoo sigue publicando me divierto mucho leyendo

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  10. ayyy mi gente, latinos del mundo, q odiseas q nos trae la vida adulta...siempre tengo en cuenta una frase de un querido amigo: "eso te pasa por hacer cosas de grandes" jajajaja si pues, ser grande tiene mil trabas.....pero, es lo maximo!!!

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  11. Las casas tienen la vida de quien las habita. Pueden pasar a nuevas manos extrañas, y tendrán una nueva vida particular que podemos no entender, pero a ella eso le será indiferente, nuestra vida le importa muy poco.

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  12. bonito comentario el de lavi, las casas tienen el espiritu de quienes viven dentro d ellas y uds supieron darle nuevos brios a ese hogar... me acuerdo cuando regrese por esas cosas del destino a la casa de mi niñez, no era ni el asomo de lo q fue a mis 5 años. la veia fea, pequeña, opaca... q cosas. un abrazo.

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